miércoles, 30 de septiembre de 2015

Empezando de nuevo


Retomo este blog porque ya tenía algo de tracción luego de tantos años de mantenerlo, pero ahora estará más enfocado en lo que mi equipo y yo hagamos, trabajos y experiencias con la intensión de compartir un poco de conocimiento, esperando tener respuesta de ustedes.

A mis 38 años (eso en mayo) empecé de nuevo, luego de 22 años trabajando sin parar para periódicos y revistas finalmente me llegó la hora de independizarme.

Claro, necesité una ayuda (o sea, me liquidaron por recorte donde trabajaba) y así, sin previo aviso, sin un “gracias” quedé fuera.

Primero estuve muy confiado, ya tenía algunos clientes y colaboraciones con estudios de diseño pero a 5 meses de ser independiente la realidad es otra y como todo, tiene su lado bueno y su lado malo.

Lo bueno
Estar lejos de la redacción por primera vez en tantos años ha sido refrescante, ya no más gritos por tonterías a las 10 de la noche, ya no más cargar con toda una redacción plagada de gente floja sin motivación.

Tener mis propios horarios es bueno, trabajar en casa puede ser un arma de dos filos pero con algo de disciplina la verdad es que puede ser algo muy cómodo, trabajar en chanclas, hacer pausas para platicar con mi esposa, salir, jugar videojuegos, etc.

También por alguna razón me renació el amor por el diseño editorial, me ha vuelto a apasionar, sin miedo a probar cosas nuevas, a experimentar con formas, colores, tipografías, buscar mi propio rumbo, nunca dormirme en mis laureles ni depender de una estructura interna de opiniones.

Lo malo
Pasar penurias, no es fácil levantar algo, por más experiencia y contactos que tengas, es estarle buscando (rascando sería más correcto) por todos lados, escribes 100 mails y te contestan 10, de los cuales 5 quedan en “está muy bien todo déjame ver” y quizá con 1 logres algo concreto.

Luego está el adaptarse a distintos clientes, cada uno con su idea preconcebida de lo que está bien hecho y lo que no, cada uno con sus “ondas”, opiniones y estándares de calidad.

Además estar en una situación así saca muchas cosas a relucir, mucha gente que creías que era tu amiga resulta que te saca la vuelta, son muy pocos los que realmente te van ayudar y de alguna manera esto no es tan malo, como diría mi gran amiga Carolina, ahí se separa la basura.

Pero quizá lo peor es cobrar, a casi todos hay que andar correteando, dos, tres, 6 correos después te pagan.


En resumen estoy contento, hay mucho por hacer, un gran mercado que atacar y aunque la competencia es mucha, no necesariamente es fuerte y definitivamente hay mucha tela de donde cortar.